Qué ver en Pegalajar

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La Charca

 

La Charca, también llamada «presa» o «estanque», es un embalse que recoge las aguas del nacimiento de la Fuente de la Reja desde tiempo inmemorial. En un principio fue una laguna formada por un simple dique de contención. En 1903 se construyó un muro alrededor de todo su contorno y entre 1944 y 1949 se realizaron diversas reformas elevándose el muro perimetral y pavimentándose el suelo, quedando así la forma definitiva.

Arco de la Encarnación

Arco apuntado, con tres escudos e inscripción

Integrado entre el caserío, el Arco de la Encarnación, es un arco apuntado, con tres escudos e inscripción, que formó parte de la cerca del Castillo de la Peñuela, está situado en el área meridional de las defensas del castillo. Una de las lápidas conmemorativa hace referencia a las obras realizadas, probablemente en la primera mitad del siglo XV. El conjunto esta integrado por cuatro lápidas rectangulares, tres de ellas son escudos y la central presenta una inscripción en letras góticas.

Justo encima de la lápida central tenemos una con un escudo cuya descripción es como sigue: escudo cuartelado. 1º y 4º jefe, castillos de oro sobre gules, con tres torres y almenados. La torre central sobresale, con una puerta central; Las otras dos presentan una ventana. 2º y 3º jefe leones de púrpura sobre plata, rampantes y coronados. Se trata pues de las armas que Fernando III portaba en sus banderas. En el año de 1243 conquistó Pegalajar, de ahí que quede justificada la presencia de dicho escudo en este monumento.

A la derecha de esta lápida inscripta tenemos un segundo escudo. En este aparece una cruz y una orla de castillos y leones. (Esta orla, según algunas manifestaciones de la heráldica jiennense, es la que lleva los castillos dorados sobre rojo y los leones rojos sobre oro). Esta representación coincide con la del sello concejil de la ciudad de Jaén. Si tenemos en cuenta que cuando la conquista el rey Santo la agregó a Jaén, podemos entender perfectamente que aparezca en este conjunto. Según afirma Julio González en su trabajo “Los sellos concejiles de España en la Edad Media” publicado en: Rev. Hispania, vol. V, 1945: “…el sello del concejo de Jaén en 1489 consistía en un escudo con una cruz y una orla de castillos y leones…” (castillos dorados sobre rojo y leones rojos sobre oro).

A nuestra izquierda de esta lápida inscripta tenemos un tercer escudo cuya descripción es como sigue: una banda y en los extremos sendas coronas de marqués. Bordura cargada con nueve flores de lis .

El Ayuntamiento

Casa consistorial

Situado en la Plaza de la Constitución, las Casas Consistoriales se ubicaban en el antiguo arrabal medieval. El edificio conserva una portada que es el antecedente de las realizaciones provinciales del siglo XVII, vinculando su construcción a la labor repobladora de la zona Sur de Jaén, en tiempos de Carlos V.

Aunque el edificio está rehecho completamente, de su traza original del siglo XVII sólo conserva su portada de dos pisos. El bajo ocupado por una puerta adintelada, jalonada por pilastras toscanas de fuste rehundido sobre pedestal, que soportan un entablamento con metopas decoradas con rosetas y triglifos. La sobresaliente cornisa sirve de apoyo al balcón del piso superior, en donde se dispone una triple arcada de medio punto sobre columnas toscanas en el centro y entablamento. Preside el conjunto el emblema imperial de Carlos I.

Cruz

Base de piedra sobre la que se alza una cruz

Compuesta por una base de piedra sobre la que se alza una cruz, también de piedra, de grandes dimensiones. No se conoce exactamente su fecha de origen, pero se cree que esta tipología fue introducida en Jaén por los monjes Dominicos. Esta cruz da nombre a la calle en la que se localiza. Antes que calle fue camino, por lo que las casas sólo tuvieron que adaptarse a su trayecto, no tal fácilmente, debido a la orografía. Algunas tuvieron que levantar patines en alto, y otras dejarlos bajo el nivel de la calle. Las primeras edificaciones podrían fecharse a finales del siglo XVI, dentro de la primera ola de crecimiento demográfico que se produce y empuja al pueblo hacia el Este, bordeando el castillo.

A mediados del siglo XVIII aparece como una calle edificada en todo su trayecto. Por aquellos años, en esta calle existía un molino de aceite junto a la «calle que sale a la ladera», con un portal, una piedra, una viga, un pozo, ocho trojes, tres tinajas y dos tinajones; de veintidós varas de frente y nueve de fondo.

Sería por aquellos años cuando se levantó la cruz de piedra que aún hoy existe, por la misma época que se colocaron las portadas neoclásicas en la iglesia de la Santa Cruz. Así como la destrucción de parte del muro de la zona Norte del castillo para construir la escalinata actual que lleva a la Iglesia, dándole un acceso más directo.

Cueva de Aro y los Majuelos

Formaciones calcáreas del cretácico superior

Las Cuevas de los Majuelos y Aro, están situadas al Norte de la población, junto a la carretera JV-3241 que comunica Pegalajar con Mancha Real, a escasos 500 metros del manantial de la Fuente de la Reja. Ambas cavidades de propiedad privada, distan poco más de 200 metros entre sí.

Ambas cavidades están formadas en los afloramientos de formaciones calcáreas del Cretácico Superior (El Cretácico Superior, es una división de la escala temporal geológica. Esta época se extendió desde 99,6 hasta 65,5 millones de años atrás). 

Mucho tiempo después, en el periodo Messiniense, última edad o piso de la época o serie Mioceno, hace entre 7,2 y 5,3 Ma (millones de años atrás), comienza la regresión marina permitiendo la emersión del relieve calcáreo Prebético, dando inicio su erosión. En este periodo, y en esta zona, el borde de marino se sitúa en la ladera norte de la Serrezuela de Pegalajar.

Ermita de la Virgen de las Nieves

Origen medieval

El centro del barrio de Santa María se situa la ermita de la Virgen de las Nieves, ya conocida en las constituciones sinodales de 1511 como ermita de Santa María, con probable origen medieval. Aún la calle donde está ubicada se le da tal nombre y, hasta hace pocas décadas, a la plaza lateral. El cambio de denominación debió realizarse en el siglo XVII, cuando aparece la cofradía de la Virgen de las Nieves, que tiene allí su imagen.

El edificio está muy remodelado, presenta una planta rectangular en cuya cabecera con testero plano se aloja un camarín de planta cuadrada. La primitiva imagen fue destruida en la guerra civil y la actual es obra del escultor Navas Parejo.

El día 5 de Agosto se celebra el día grande de la Patrona de Pegalajar, convirtiéndose en una de las fiestas más esperadas por todos los pegalajeños.

Iglesia de la Santa Cruz

Estilo manierista

La iglesia de Santa Cruz construida en las últimas décadas del siglo XVI y principios del XVII, por el arquitecto Alonso Barba. Las dos portadas, de austera decoración, son de estilo manierista. Para el campanario se aprovechó la torre del homenaje de la antigua fortaleza.

El inmueble tiene planta de cruz latina, con seis capillas distribuidas alrededor de su planta. Cada una de ellas presenta tres nichos y un altar, dos laterales y uno central, donde se encuentran las diferentes imágenes. A la derecha, antes de subir al presbiterio, existe una puerta que conduce a la sacristía y despacho. Otra puerta comunica con el altar mayor. Los materiales empleados son sillería de «tosca» con argamasa de cal y arena, en los muros. Madera en el envigado de la armadura de cubierta. Teja árabe y argamasa de yeso en el sistema de cubierta; suelos de mármol.

Los elementos sustentantes son los muros maestros y pilares Destaca el techo de bovedilla con cuartones de madera de la sacristía. El suelo es ajedrezado en color blanco y negro, con baldosas de cerámica. En cuanto a la ornamentación podemos señalar la policromía de los muros y numerosas pinturas repartidas por cada una de las capillas. Como elementos de interés podemos señalar los nichos donde se encuentran las diversas imágenes; el retablo del altar mayor es muy interesante, siendo el más antiguo del edificio y de un gran valor artístico.

Torre del campanario

Situado en un altozano o espolón rocoso

En la ubicación del campanario de la Iglesia de Santa Cruz de Pegalajar se aprovechó un torreón que formaba parte del primitivo recinto interior amurallado o alcázar de la villa, identificable como parte de las reformas que se llevaron a cabo sobre él en la primera época cristiana (siglo XIII).

La iglesia fue edificada entre 1580 y 1620 por Alonso Barba, ocupando en gran parte el antiguo solar del alcázar y probablemente sus mampuestos.

Está situado en un altozano o espolón rocoso, el de la Peñuela, apropiado para la función militar del antiguo edificio. Las obras para transformar la torre en campanario datan de 1587, probablemente tras arrasar un cuerpo superior ruinoso.

(LÓPEZ CORDERO, J. A., 1997; TROYANO VIEDMA, J. M., TROYANO CHICHARRO, J. M., 1993).

Plaza de Abastos

Mercado

El inmueble posee planta cuadrada, con cuatro torres ubicadas en los ángulos, un mostrador cuadrado en el centro y diversos puestos distribuidos por su perímetro. En los sótanos se encuentra el último matadero, actualmente en desuso.

Los muros están construidos de mampostería, con «tosca» y mortero de cal y arena; envigado de madera en la armadura; entablillado y teja árabe con argamasa de yeso, en la cubierta; cubierta de chapa metálica en los puestos interiores; solería de baldosas hidráulicas.

Los elementos sustentantes son los muros maestros y los pilares. Los elementos sostenidos son: en las torres, armadura de cubierta con envigado de cuartones de madera, sistema de cubierta a cuatro vertientes con entablillado y teja árabe con argamasa de yeso; en los puestos: armadura de envigado de madera con cubierta de chapa metálica, baldosas hidráulicas.

Las torres poseen ventanas y puertas. Los sistemas de cierre son de madera con cristal y a dos hojas, en las primeras, de madera y a una hoja, en las segundas. Policromía en la decoración de la fachada. Combinación entre el blanco y el amarillo albero de sus paredes con el verde de las ventanas.

Plaza de la Laguna

Finales del siglo XVIII y principios del XIX

La necesidad de abastecimiento de agua y un cercano surtido para la población hizo que en este lugar su ubicara un pilar, abastecido por una conducción que venía de la Fuente de la Reja.

El abrevadero de piedra, que aún hoy recoge el agua, fue instalado entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, por el traslado que se hizo de él desde la Plaza de la Constitución. Esta cañería, que partía de la Fuente de la Reja para abastecer los pilares públicos, también lo hacía con algunas casas particulares y varios molinos.

El crecimiento de la población dio lugar a la formación de un arrabal a finales de la Edad Media, que bien pudo tener un origen árabe anterior. Este barrio, situado fuera del recinto amurallado, también estaba protegido contra posibles ataques de los nazaritas granadinos por una cerca o empalizada, que aprovecharía los fuertes desniveles del terreno por el Sur y Este. A este arrabal llegaba el agua de la Fuente Vieja nombre que hasta el siglo pasado tenía la Fuente de la Reja a través de una conducción, y su puerta de entrada estaba junto al camino de Jaén. Estos hechos nos inducen a pensar que el comienzo de la red urbana de Pegalajar fue en la zona que comprende las plazas de la Laguna y la Constitución y las calles Peñuelas, Bahondillo, Hornos, Arcos y Santa Lucía, precisamente las calles más estrechas del pueblo, con un fuerte rasgo medieval; épocas en que no existía una planificación urbana, sino que se aprovechaba todo el espacio posible, estrechándose las calles en busca un refugio ante los fuertes calores del estío.

Plaza de Toros

Dos edificios, la Plaza de Toros y el Degolladero

El inmueble está compuesto por dos edificios, la plaza de toros y el degolladero, ubicado frente aquella. La puerta principal conduce al patio de cuadrilla. En él existe una puerta en el lateral derecho, donde se encuentra la enfermería, otra en el izquierdo que corresponde a la taquilla, otra enfrente que conduce al ruedo.

La puerta derecha conduce a las gradas de sol. La izquierda a las de sombra. Alrededor del ruedo se distribuyen once burladeros.

Al fondo se encuentra la puerta y corredor que conducen a los toriles. Estos tienen también una puerta de acceso independiente por la parte trasera de la plaza. Además existe un patio trasero que se utiliza para el examen médico a los toros antes de salir al ruedo.

En la fachada existen cuatro puertas: la central da al patio de cuadrilla, la lateral derecha es la puerta de sol, la izquierda es la de sombra y la trasera es la de los toriles. Los materiales constructivos son sillares de «tosca» y mampostería, en los muros; madera en el envigado de la techumbre, teja árabe en la cubierta; baldosas de cerámica en la enfermería.

Los elementos sostenidos son los muros maestros construidos con sillares de «tosca»; muro del corredor de acceso a los toriles, construido de mampostería con «tosca, barro y yeso, todos ellos enlucidos con cal; armadura de cubierta construida con envigado de madera; en la portada, cubiertas a un agua, orientadas hacia la fachada de la calle y construidas de teja árabe; techo a cielo raso en la enfermería; techo abovedado, en el corredor que conduce a los toriles; arco exento en el patio de cuadrilla.

El suelo es de albero en el ruedo y toriles; ajedrezado, con baldosas de cerámica blancas y negras, en la enfermería. En el patio de cuadrilla hay tres puertas, una en el lateral derecho donde se encuentra la enfermería, otra en el lateral izquierdo correspondiente a la taquilla y otra en el frontal que conduce al ruedo. A lo largo del perímetro del ruedo se distribuyen once burladeros. Al fondo existe una puerta que conduce a los toriles.

Hay algunos elementos destacables como el arco exento ubicado sobre el patio de cuadrilla. Pesebres de los toriles. Trancos construidos con una sola pieza de piedra y revocados algunos con cemento. La plaza destaca en su conjunto por tratarse de una construcción muy antigua. Se caracteriza por su sobriedad constructiva.

Torre de la Cabeza

La Torre de la Cabeza debió ser construida por el Condestable Don Miguel Lucas de Iranzo entre los años 1462 y 1470. Se trata de una torre vigía o Atalaya que vigilaba la entrada que dominaban los nazaríes hacia el Reino de Jaén desde el estrechamiento del terreno correspondiente a La Puerta de Arenas, situada aguas arriba del Guadalbullón.

La atalaya es un torreón de mampostería de aspecto algo achaparrado. Su base es cilíndrica, descansando sobre un pronunciado talud, que tendría, en su parte más baja, un perímetro de 25,8 metros. La altura de la torre es de unos 8 metros. El parapeto superior ha desaparecido, pero quedan restos de canes que evidencian que se apoyaba en un malecón continuo. El acceso al interior de la torre tiene unos 3 metros de altura. La parte troncocónica del edificio es maciza; la cilíndrica habilita al interior una cámara circular cubierta por bóveda de media naranja.

En el ancho del muro (1,55 metros) se abrieron 3 saeteras. Existía una escalera empotrada en el muro que conducía a la terraza, y de la que hoy sólo se aprecian las huellas que los mechinales han dejado en el exterior.

En el suelo de la cámara, atravesando el cuerpo inferior macizo de la torre, hay un pozo de sección rectangular que conduce a una mina de escape, hoy rellena de tierra (CEREZO MORENO, F., ESLAVA GALÁN, J., 1989). Esta torre vigía pertenece al conjunto de atalayas edificadas por los castellanos a finales de la Edad Media, que atravesaban la Península de Norte a Sur.

Las más inmediatas eran la Torre de la Pedregosa (en la Serrezuela de Pegalajar) y la Torre de la Estrella (en la cumbre de la Sierra de los Bodegones), ambas derruidas en la actualidad (QUESADA QUESADA, T., 1989).